En la tierra de la abundancia
hay pibes que no tienen nada,
que duermen en el cemento frío,
sin techo, sin pan, sin familia.
Sometidos a toda violencia
de una sociedad indiferente,
que no ve más allá de sus ombligos
y los trata como a enemigos.
Con dirigentes políticos
que solo ofrecen dádivas,
que no les dan educación
ni salud, ni trabajo, ni razón.
Los únicos privilegiados son los niños, dijeron.
Ellos no tienen amor, no tienen cariño
no tienen un futuro, no tienen un madero,
no tienen un hogar, no tienen un sueño.
Nuestros pibes no son los privilegiados.
Solo tienen hambre, solo tienen miedo,
solo tienen frío, solo tienen dolor,
solo tienen angustia, solo tienen rencor.
Los únicos privilegiados son los niños.
Ellos no juegan, no ríen, no cantan, no viven
no aprenden, no crecen, no aman, no siguen,
no luchan, no sueñan, no esperan, no ganan.
Si los ignoramos es porque hemos involucionado,
nos han embrutecido e insectificado.
Seremos un pueblo sin memoria,
ni justicia, ni paz, ni gloria.
Los únicos privilegiados debieran ser los niños,
que son la esperanza de una Argentina mejor.
La semilla de una comunidad en organización.
Hoy el liberalismo multiplicará a los desprivilegiados.
Luis Gotte
Pueblo Surero
Comunidad Organizada S.XXI
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