Rodolfo Kusch: un faro en la oscuridad de la homogeneización cultural, propuso un camino de búsqueda y reencuentro con el Ser Nacional.
Rodolfo Kusch trasciende las décadas como un pensador comprometido con la identidad nacional y la construcción de un pensamiento continental.
Kusch, a lo largo de su carrera, desafió el imperialismo cultural de los pensamientos marítimos, porteñistas, relativistas y supremacistas europeizantes y se aventuró hacia una exploración de la raíz continental. La tierra. El pueblo, como diría Scannone. Su labor de campo en el norte argentino, Bolivia y Perú, donde interactuó con yatiris, curacas y artistas populares, revela un compromiso genuino con la comprensión de las raíces culturales autóctonas. Este viaje, plasmado en ensayos como “América profunda” y “El pensamiento indígena y popular en América“, se convierte en un testimonio elocuente de su búsqueda por una identidad que abraza las particularidades de nuestra geocultura.
Su labor docente en la Escuela Nacional de Bellas Artes “Prilidiano Pueyrredón” durante la década del sesenta resalta como un hito en la formación artística y filosófica. En sus clases, Kusch instaba a sus estudiantes a reflexionar sobre la creación artística desde una perspectiva situada geoculturalmente, desafiando la reproducción de modelos “de ciencia” de la cosmovisión holandesa originados por Erasmo y del enciclopedismo jacobino con pretensiones de devenir totalizantes. Abogaba por la idea de que la identidad nacional debía manifestarse en la creación desde el entorno geocultural específico, un giro hacia la América Profunda.
La insistencia de Kusch en lo americano se traducía en un laboratorio de creación, análisis e intercambio filosófico. Lejos de la universalidad propuesta por modelos vanguardistas, buscaba que los estudiantes exploraran su ser nacional, guiando sus miradas hacia sus propias raíces. Este enfoque no solo desafiaba las normas académicas de la época, sino que también marcaba un camino hacia la emancipación cultural y la afirmación de la identidad propia.
El contacto estrecho con sus estudiantes, más allá de las aulas, revela la trascendencia de su figura en la constitución de una identidad nacional. Desde comidas en su casa hasta encuentros en bares y pizzerías, Kusch compartía experiencias que iban más allá de lo académico. La planificación de viajes por la Patria Grande y la realización de los “Puchometrajes” fortalecían este vínculo, convirtiéndolo en un guía espiritual y cultural para sus discípulos.
La decisión de Kusch de radicarse definitivamente en el norte argentino, en Maimará, refuerza su compromiso con la búsqueda de la identidad nacional enraizada en las tierras sureras. Su presencia en la quebrada de Humahuaca se convierte en un acto simbólico, una afirmación de pertenencia y conexión con las raíces del continente.
En el archivo/biblioteca “Rodolfo Kusch” de Maimará y la recopilación de material inédito, se revela la riqueza de su legado y la profundidad de su influencia en la educación y la cultura. Este tesoro de documentos arroja luz sobre la dinámica de sus clases, sus reflexiones sobre el arte y su posición respecto a la enseñanza. Es un testimonio tangible de su lucha por una identidad nacional arraigada en el lenguaje, la tierra y la singularidad continental.