La política y el deporte, dos ámbitos aparentemente desconectados, nos ofrecen valiosas lecciones sobre la importancia de las acciones en equipo, la conducción y la unidad de concepción. Podemos observar cómo se destaca el éxito de los equipos deportivos argentinos, como los Pumas en el mundial de rugby, el club de fútbol Boca Jr. en la Copa Libertadores y la Selección Argentina de fútbol, debido a su enfoque en el juego colectivo. Sin embargo, al observar el colectivo político, se plantea una falta de conducción, de propósitos, de cohesión y de estrategias en la política argentina. El colectivismo, entendido como unidad de un conjunto de individualidades, ha llevado al triunfo al deporte nacional, ahora, ¿por qué no ha logrado lo mismo en la política?
Los éxitos de los equipos deportivos argentinos son ejemplos elocuentes de lo que puede lograrse cuando un grupo de individuos se une en pos de un objetivo común. Los Pumas, con su decisión y voluntad, demuestran cómo la unidad y el esfuerzo colectivo pueden superar obstáculos. Boca Jr, conocido por su juego en equipo, llega a la final de la Copa Libertadores no como un conjunto de individualidades destacadas, sino como un conjunto de voluntades y esfuerzos determinados. La victoria de la Selección Argentina en la Copa del Mundo se atribuye a su juego colectivo y al corazón de su conducción, Messi.
Estos ejemplos nos demuestran que la cohesión y el esfuerzo del conjunto son esenciales para lograr el mejor resultado en cualquier empresa, ya sea en el deporte o en otros aspectos de la vida. En el deporte, los jugadores se unen detrás de un objetivo claro: ganar el partido, el torneo o el campeonato. Esto exige que trabajen juntos, compartan estrategias y se apoyen mutuamente. Los éxitos en el deporte demuestran que la unidad es un ingrediente crucial para superar desafíos y triunfar.
A diferencia del deporte, la política argentina se caracteriza por la división, la falta de unidad y apego a las ideologías europeas que obstaculizan el progreso. Los partidos políticos se enfocan en diferencias ideológicas en lugar de trabajar juntos para abordar los problemas apremiantes del país.
El técnico de un equipo observa todo el escenario, analiza el rendimiento y refuerza las debilidades. La dirigencia política ha demostrado incapacidad de comprender la gravedad de los problemas sociales y la violencia en nuestra comunidad, así como el avance del narcotráfico. Además, de transformar a los aparatos del Estado en herramientas de recaudación y corrupción en lugar de servir al bienestar del pueblo. Esto refleja una desconexión entre los líderes políticos y la población, lo que impide la constitución de una visión colectiva y una unidad de propósito. Los jugadores transpiran la camiseta, dejando todo en la cancha por amor; nuestros dirigentes renuncian al patriotismo, a la ética y sus virtudes.
Argentina posee un potencial inmenso, tanto en términos de recursos naturales como de capital humano. Tenemos una historia rica y diversa que nos ha permitido elaborar distintos pensamientos, pero seguimos aferrándonos a las teorías liberales y progresistas. Los técnicos argentinos se caracterizan por sus autonomías en las decisiones tácticas en el juego, así como sus objetivos estratégicos. No copian decisiones que nada tienen que ver con nuestros enfoques de juego. Nuestros representantes políticos han olvidado los conceptos republicanos de Alem, el federalismo de Dorrego y la idea de “Comunidad Organizada” de Perón. Estas doctrinas republicana, federal y justicialista, como en el desarrollo estratégico que se plantea para el juego, marcarían el camino hacia una nación más justa, libre y soberana.
En conclusión, el éxito de los equipos deportivos argentinos demuestra que la unidad y el esfuerzo colectivo son fundamentales para superar desafíos y alcanzar el éxito. Sin embargo, en la política argentina, las divisiones y las ideologías europeas han obstaculizado la creación de una visión común y de unidad. Si Argentina logra superar estas diferencias ideológicas y políticas, podría aprovechar su potencial inmenso para convertirse en una nación en crecimiento. El colectivismo, que ha llevado al éxito en el deporte, podría ser la clave para un futuro más prometedor para todos.
Luis Gotte
Co-autor de Buenos Ayres Humana, la hora de tu comunidad” Ed. Fabro, 2022
Mar del Plata