Hay historias incomprobables, tan maravillosas que sería una pena que no fueran ciertas. “Se non è vero è ben trovato” dicen los italianos para referirse a algo que puede ser un invento, pero está tan bien contado que merece ser real, quedarse con la sensación reconfortante e íntima de pensar ojala sea cierto.
Todo comenzó en 1967, en plena guerra fría y furor por la “carrera espacial” entre la URSS y USA el señor Héctor Rodríguez, secretario de Cultura y Relaciones Públicas del Club Atlético Independiente se le ocurrió organizar una muestra sobre el tema. Para ello se comunicó con la embajada norteamericana informando de la muestra montada en Avellaneda, consistía en maquetas y réplicas a escala de las naves espaciales.
Un par de años más tarde, cuando los astronautas Armstrong, Aldrin y Collins estaban a pocos meses de despegar hacia la Luna, Rodríguez reflexionó que si los astronautas iban a convertirse en héroes tenían que ser socios del Club Independiente.
Comenzó sus gestiones a través de la embajada, de esa manera se les enviaron sus carnets de socios resultando en Aldrin N° 80.399, Armstrong N° 80.400 y Collins N° 80.401, en estricto orden alfabético. A falta de otras fotos de los nuevos socios norteamericanos, las que se colocaron en los carnets fueron las oficiales de la NASA, en sus trajes de astronauta con casco y todo.
También recibieron equipos deportivos completos para sus hijos, lo central en este relato son los tres banderines del club que también recibieron los astronautas. Según esta historia, al menos uno de estos banderines llegó a la misma Luna a bordo del Apollo 11.
En noviembre de 1969, apenas unos meses después del histórico viaje los astronautas del Apollo 11 visitaron Argentina. En la recepción organizada por la embajada se encontraron el astronauta famoso y el dirigente que consiguió llevar los colores (o el color) de su club más alto que ningún otro.
Dice la leyenda que traductor mediante el propio Neil Armstrong confirmó la historia del banderín de Independiente que viajó a la Luna ida y vuelta.
¿Le habrá resultado un gesto pintoresco? ¿Fue solamente un gesto de cortesía afirmar que llevó el banderín en la cápsula espacial?
La respuesta a estas preguntas nunca la conoceremos, y seguramente es algo que no vale la pena investigar. O mejor aún conservemos las declaraciones que hizo el dirigente de Independiente en su momento para El Grafico:
¿Qué opina, Rodríguez, de los que sostienen que ese viaje fue un fraude, el mayor engaño a la humanidad?
–Alguna vez escuché algo, pero me tiene sin cuidado: yo hablé con Neil Armstrong, y él me garantizó que el banderín llegó a la Luna en la Apolo XI. ¡Los que inventaron esas versiones deben ser hinchas de Racing!