La historia de la educación pública en Argentina hasta el siglo XX es un tema complejo. Por un lado, se valora su papel en la democratización del acceso a la educación y en la formación de una ciudadanía informada. Sin embargo, ha enfrentado críticas por su falta de calidad y equidad, así como por la politización y la influencia de ideologías en el sistema educativo.
Desde la perspectiva de las libertades, quienes apoyan la educación pública destacan su capacidad para brindar oportunidades educativas a todos los ciudadanos, independientemente de su origen socioeconómico. Ven en ella un instrumento para garantizar el derecho a la educación y promover la igualdad de oportunidades.
Por otro lado, las críticas a la educación pública argentina se centran en su burocracia, falta de innovación, y en ocasiones, su tendencia a promover agendas políticas en lugar de un enfoque neutral y objetivo en la enseñanza.
Algunos argumentan que la intervención estatal excesiva puede limitar la libertad de elección y la diversidad de enfoques educativos.
En resumen, la educación pública argentina ha sido tanto elogiada como criticada desde el punto de vista de las libertades, siendo valorada por su papel en la inclusión social pero cuestionada por su calidad y posible interferencia política.