Es desgarrador leer sobre la cantidad de personas que desaparecen en Argentina cada día. Especialmente preocupante es el hecho de que muchos de ellos son menores de edad y mujeres adultas. Aunque se publican solicitudes de búsqueda en las redes sociales, a menudo no se sabe nada de su paradero. Es como si la tierra se los hubiera tragado. Algunos son encontrados en campamentos mineros ilegales en Chile o Bolivia, mientras que otros son sometidos a la prostitución en el Conurbano. Es difícil imaginar el dolor y la angustia que deben sentir sus seres queridos.
Es importante destacar que la desaparición de mujeres para la trata y la servidumbre es un problema grave que afecta a nuestra comunidad nacional. Si en Argentina, durante la dictadura cívico-militar, se registraron una gran cantidad de argentinos desaparecidos, donde actualmente se sigue investigando sus paraderos y sentenciando a los responsables, hagamos lo mismo con los casos del presente. Visibilicemos y problematicemos esta situación, discutamos los números de desaparecidos.
La trata de personas, especialmente mujeres y niños, es un flagelo que trasciende fronteras nacionales. En un esfuerzo por abordar este problema de manera integral, es crucial establecer una colaboración estrecha entre los países de la región. En este sentido, el Mercosur, como bloque económico y político, puede desempeñar un papel fundamental en la prevención y represión de estos delitos.
La trata de personas a menudo involucra redes transnacionales, y la cooperación internacional es esencial para enfrentar este desafío. Por lo tanto, el Mercosur pueden establecer protocolos y mecanismos de intercambio de información para rastrear y desmantelar estas redes criminales. Además, es crucial implementar políticas conjuntas para abordar las causas subyacentes, como la pobreza, la falta de oportunidades y la violencia de género, que contribuyen a la vulnerabilidad de las personas frente a la trata.
El intercambio de buenas prácticas y la armonización de legislaciones en materia de trata de personas dentro del Mercosur pueden fortalecer la capacidad de los países para enfrentar este problema de manera más efectiva. Además, la creación de una base de datos regional compartida sobre casos de desapariciones y trata de personas facilitaría la identificación y el seguimiento de las víctimas.
Es importante que todos trabajemos juntos para abordar este problema y hacer todo lo posible para garantizar la seguridad de nuestras comunidades, de nuestros pibes, de nuestras mujeres. Debemos hacer todo lo posible para asegurarnos de que las personas desaparecidas sean encontradas y reunidas con sus seres queridos. Todos podemos hacer nuestra parte para ayudar a prevenir la desaparición de personas y proteger a nuestras comunidades.
La cooperación a nivel regional es esencial para enfrentar este flagelo de manera efectiva. A través de la colaboración internacional, podemos constituir un frente unido contra estas violaciones de los derechos humanos, trabajando hacia un futuro donde la desaparición de personas sea una realidad del pasado en nuestra región, y nuestras mujeres y nuestros chicos puedan caminar tranquilos por las calles de sus pueblos.
Luis Gotte
La pequeña trinchera