Buenos Ayres es la provincia más rica y poblada de Argentina, pero también la más castigada por la pobreza, la corrupción y el desánimo. Nuestro pueblo bonaerense vive en la ilusión de un futuro que no llega, mientras que los políticos venden relatos que solo domestican.
Tenemos todo para ser prósperos y felices, un territorio vasto y fértil, donde abundan los alimentos y los recursos naturales. Somos gente trabajadora y animosa, que defendemos nuestra tradición y cultura, aunque no alcanza para darnos una identidad propia. Una identidad bonaerense.
Sin embargo, Buenos Ayres es también una provincia que sufre y llora. Su población es de las más pobre del país, con más de un 47% de vecinos bajo la línea de la pobreza y 12% de indigentes. Nuestra educación es deficiente, con altos índices de deserción y analfabetismo. Solo el 16 % de los pibes terminan la primaria y secundaria en tiempo y forma. El régimen de justicia y seguridad es la más precario, con el narcotráfico y la violencia como amenazas constantes en la región del Conurbano y expandiéndose hacia el oeste. la infraestructura es la más obsoleta, con falta de obras públicas y servicios básicos, principalmente ferroviarios.
¿Cómo se explica esta contradicción? ¿Por qué Buenos Ayres, siendo de las regiones más ricas del planeta, es también la más pobre? La respuesta está en la política. Buenos Ayres es una provincia que ha sido históricamente sometida y marginada por el poder central. Su presupuesto es el más bajo del país, con una coparticipación federal que no se ajusta a su realidad. Carece autonomía federal que está subordinada al poder central, con una constitución provincial que no reconoce los derechos que nos otorga la Constitución Nacional, donde más de 3500 decretos militares aún tienen vigencia. Su representación es la más injusta, con un sistema electoral que no respeta la voluntad popular. Hasta nuestros gobernadores son elegidos en la Ciudad del Buen Ayre.
Somos una provincia que tiene todo para cambiar su destino. Nuestro pueblo, que ha resistido y luchado por un presente mejor, tiene la capacidad y la voluntad de transformar la realidad. Nuestra historia ha sido testigo de grandes gestas y movimientos, nos inspira y legitima a reclamar nuestros derechos. Nuestro futuro, como provincia y como pueblo, está en juego en cada elección y en cada decisión, por lo tanto, tenemos la oportunidad y la responsabilidad de elegir mejores representantes…pero, no sucede.
¿Cómo lograr este cambio? ¿Qué necesita Buenos Ayres para ser una provincia próspera? La solución está en la autonomía y la descentralización. Buenos Ayres necesita recuperar su federalismo y su dignidad como provincia. Para ello, debemos exigir una reforma de la constitución provincial que otorgue mayores facultades y competencias a nuestros municipios, reclamar una derogación de la Ley de Coparticipación Federal, que los gobernadores de provincia elijan un método que asigne los recursos con más equidad para sus provincias. Como también derogar los decretos militares, de alcance nacional, que afectan el desarrollo de nuestras provincias, como el de Entidades financieras.
Por otro lado, la autonomía y la descentralización no solo deben darse a nivel provincial, sino también a nivel municipal y regional. Buenos Ayres necesita fortalecer su tejido social y matriz productiva desde abajo. Para ello, debe promover la creación de municipios autónomos, como el reconocimiento de nuevos municipios, que gestionen sus propios asuntos. Debe impulsar el desarrollo de regiones productivas que articulen sus propias estrategias. Debe fomentar el control y la participación vecinal que fiscalicen la propia gestión municipal.
Buenos Ayres es una provincia que debe ser escuchada y atendida. Su clamor por la autonomía y la descentralización no es un capricho ni una rebeldía, sino una necesidad y un derecho. Es la clave del progreso y la justicia para esta provincia y para todo su pueblo. Es la forma de consolidar y que se respete nuestra identidad, la de nuestra cultura y tradición, la de nuestra tierra y su gente.
Buenos Ayres es nuestra provincia, que todos debemos defender. No nos dejemos engañar por los que nos quieren someter. Peleemos por estos derechos, establecidos por nuestra Constitución Nación en su art. 123. Autonomía y Descentralización, es la solución.
Luis Gotte
La pequeña trinchera
Mar del Plata