Soy surero, y amo a mi provincia de Buenos Ayres
que vio nacer a Dorrego, Rosas y a Perón
héroes de la patria, defensores de la nación
que lucharon por sus ideales con valor y con razón.
Buenos Ayres, mi tierra de libertad,
sin fronteras, dueña de su destino.
De herencia hispana y por elección federal,
madre de gauchos que nunca dejaron de pelear
contra las injusticias. Hombres de espíritu leal.
Buenos Ayres, tierra abierta y generosa,
que acoge a los extranjeros como a un hermano.
Tierra de trabajo, de producción y de alegrías,
que levanta banderas para hacer causa común.
Hoy su pueblo organizado está peleando
por autonomía municipal, por el reconocimiento
de nuevos municipios y la unidad regional.
Como surero anduve por sus campos y comunidades,
admirando la belleza de sus paisajes
y la grandeza de su historia y su arte.
Cómo no amarte provincia de Buenos Ayres.
Esta es tierra de cultura y de progreso,
que alberga a sus mejores escritores y artistas,
tierra de ciencia, de educación y de innovación
que aporta al mundo conocimientos y conquistas.
Buenos Ayres, tierra de pasión y de coraje,
que vibra con el fútbol, el tango y el folclore,
tierra de tradición, de música y de baile,
que contagia con su alegría y su humor.
Como surero siento a la provincia mi hogar,
donde nací, me eduqué e hice grandes amigos
donde trabajo, sueño, escribo, buscando ser mejor,
donde vivo, amo y moriré algún día.
Buenos Ayres, tierra de amor y de lealtad,
que cuida a su gente y los hace sentir orgullosos.
Tierra de paz, de justicia y de igualdad
que respeta a sus paisanos, sus hijos valiosos.
Buenos Ayres, tierra de esperanza y de futuro,
que se renueva con cada generación.
Tierra de gloria, de honor y de orgullo
que se mantiene firme en su vocación.
¿Cómo no amar a esta provincia, causa y motivo de mi vida?
¿Cómo no entregar todo lo que soy para su felicidad?
Por eso digo con orgullo, en este romance surero,
¡Viva mi amada provincia de Buenos Ayres!
Luis Gotte
Canto Surero
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