Otra vez sopa. Por escritorio, a raíz de la reestructuración que se está realizando en el ascenso argentino, por decreto ascendieron dos equipos de la Primera C a la B Metropolitana.
La unificación de la Primera D a la “C” a partir del año que viene ha generado otra enorme distorsión en el fútbol argentino y los formatos de los torneos del año que viene.
El hecho de que la quinta categoría del fútbol argentino haya quedado inútil, por el hecho de los ascensos masivos que se dan hace años en nuestro fútbol y sin descensos hace más de cinco años, ha provocado la eliminación de la división.
Esta eliminación de la “D” generará que once clubes sin capacidad presupuestaria ni de estructura, asciendan a la “C”. Por este motivo, es que de la Primera C a la B Metropolitana debieran ascender también cuatro equipos.
Ahora, por motivos de que en la Primera B el torneo arranque con veinte equipos el año que viene, se comenzó a hablar de un quinto ascenso a esta categoría al que clasificaría Liniers.
Liniers, que había perdido la final del reducido con un global 5 a 1, en las últimas horas confirmó su ascenso. Toda esta situación, se podría haber evitado a partir de no eliminar el tercer descenso de la Primera Nacional a la B Metro.
Por otra parte, a partir de lo que podía ser un ascenso de San Miguel a la Primera Nacional, que debía jugar una final contra Douglas Haig (del Federal A), con el fin de mantener la cantidad pareja de equipos en la tercera división, se podía llegar a concretar un sexto ascenso desde la Primera C.
Con la victoria de San Miguel a Douglas Haig por penales, se terminó confirmando el dicho sexto ascenso, al que entró Sportivo Italiano, ubicado en la sexta posición en la tabla anual.
La estructura de favores de Chiqui Tapia
Este fútbol argentino donde se ha convertido en moneda corriente los ascensos masivos y la eliminación de descensos, nace a partir de un sistema generado por el propio presidente de AFA, basado en favores y en la devolución de éstos.
Esta estructura, prácticamente clientelar, se basa en que a cambio de ascender o mantener la categoría, los clubes se conviertan en fieles defensores y votos garantizados para Chiqui Tapia. Esta relación se ha convertido en el garante de la perpetuación en el poder del hombre de Barracas.
En este sentido, la anulación de descensos en las categorías más altas y los ascensos masivos en las más bajas ha generado esta situación cascada anteriormente descrita.
En línea de la relación clientelar de Tapia y los clubes, la Primera D sería reemplazada por una nueva categoría llamada Torneo Promocional. Este torneo, al ser completamente nuevo, podrá ser integrado por clubes que antes para estar en la “D” debían reunir condiciones que ahora no serían necesarias.
A partir de ésto, es que comenzaron a aparecer rumores, por ejemplo, de que en esta nueva categoría aparezcan equipos de sindicatos, de ideología afín a la de Tapia.
Este sistema ha generado una enorme pérdida de nivel en el torneo argentino. No sólo por el hecho en sí de la distorsión en el número de equipos por cada divisional, sino por el hecho de los equipos que los integran.
Por ejemplo, hoy la categoría con el número más lógico de equipos es la B Metropolitana. No obstante, si nos fijamos que hace poco más de diez años habían equipos como Platense, Estudiantes de Caseros, Chacarita, Atlanta, Morón, Defensores, Temperley, Los Andes o el propio Barracas, es que entendemos el descenso de nivel de esta categoría. Hoy de todos esos equipos, sólo queda Los Andes, el resto está una o dos categorías más arriba.
El daño tanto al fútbol del ascenso como a la primera división es incalculable. Con la actual dirigencia de AFA es imposible pensar en un arreglo de todo este desastre, dada la relación de poder ya descrita, aparte de los años que tomará arreglar todo ésto.
Hoy en el fútbol por un lado, aparece la corriente Tapia, mientras que por el otro parecen imponerse y enfrentarse a éste los Macri o los Fassi, a favor de la privatización y las SAD. Panorama absolutamente desolador para el fútbol argentino.