Argentina se encuentra en un momento histórico y político crucial tras las elecciones de 2023, marcando el inicio de otra fase liberal. Este cambio está siendo liderado por un presidente disruptivo, rodeado de veteranos políticos que, en gran medida, han sido responsables del sufrimiento de nuestro pueblo. Este escenario plantea preguntas cruciales sobre el futuro de la nación, su identidad y su modelo de desarrollo, su matriz productiva.
El liberalismo no es una novedad en la historia política de Argentina. A lo largo de los años, la comunidad nacional ha experimentado varias etapas liberales, con matices y consecuencias no muy diferentes. Desde Mitre, Celman, Quintana, Sáenz Peña, Justo, Ortiz, Menem, hasta Milei, todos han pronunciado discursos innovadores con ideas que no han demostrado funcionar en el mundo.
La única certeza es que la historia política de Argentina es compleja y dinámica, atravesada por tensiones y conflictos entre diferentes proyectos de país que expresan los intereses y las demandas de distintos sectores ideológicos europeístas. Aunque cabe destacar que el régimen centralista instalado desde 1861 a la actualidad, con 3500 decretos de distintas dictaduras, parece ser intocable y brinda una sensación de comodidad para todos, aunque nadie lo ataque o critique.
A lo largo de su historia, Argentina ha atravesado varios períodos liberales. La primera etapa, conocida como la mitrista, abarca de 1861 a 1916, consolidando un régimen atlantista, liberal, centralista y unitario bajo el liderazgo de Bartolomé Mitre. Frente a este periodo, surge una corriente opositora, el radicalismo de Leandro Alem, que abogará por una mayor participación política, reformas electorales y oportunidades económicas.
La segunda etapa, durante la llamada “Década Infame” (1930-1943) con el gobierno fraudulento del Gral. Agustín P. Justo, fue caracterizada por gobiernos conservadores apoyados por una oligarquía terrateniente y el imperialismo británico. En este contexto, emergió un movimiento nacional y popular liderado por el Gral. Juan Domingo Perón, que propuso un modelo de justicia social, independencia económica y soberanía política.
La tercera etapa, con el Dr. Carlos Menem, aplicó un régimen privatizador y pro-estadounidense, generando crisis económica, social e institucional. Frente a este régimen, aparece el kirchnerismo, encabezado por Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner, que gobernaron entre 2003 a 2015 y de 2019 a 2023, de base ideológica socialdemócrata, pro-británico y globalista, que propusieron un régimen de cambio cultural, antihumanista y anticristiano.
Hoy, en 2023, comenzamos una cuarta etapa liberal. A la luz del pasado, es crucial reflexionar sobre las posibles heridas que dejará en la patria y el pueblo al concluir este período. ¿Qué emergerá después? ¿Podrá el peronismo reconstituirse? ¿Estará la CGT a la altura de estos desafíos? Es imperativo brindar prontas respuestas al pueblo para evitar que busquen alternativas en otro lugar. El crecimiento del liberalismo, especialmente entre los jóvenes, sugiere que hemos cometido errores significativos y que cualquier intento de retorno debe tener en claro objetivos concretos: federalismo y municipalismo.
Luis Gotte
Co-autor de “Buenos Ayres Humana, la hora de tu comunidad” Ed Fabro, 2022. Y “Buenos Ayres Humana II, la hora de tus Intendentes” es preparación.
Mar del Plata.
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