La provincia de los bonaerenses, en este nuevo escenario político, entre el triunfo liberal de Javier Milei, los Intendentes conurbanenses con su visión pragmática sobre la política territorial sumado a un gobernador porteño ligado a la corriente del Socialismo S.XXI, nos genera incertidumbres sobre el futuro de la provincia, que debió realizar las necesarias reformas políticas para superar sus problemas y aprovechar sus potencialidades.
La provincia de Buenos Aires tiene una extensión territorial de 307.571 km², que equivale al 8,2% del territorio nacional, y una población de 17.711.622 habitantes, que representa el 39% del total del país. Su producto bruto geográfico representa casi el 68 % del producto interno bruto nacional. Sin embargo, la provincia presenta grandes desigualdades sociales, económicas y territoriales, que se han agravado con el tiempo. El índice de pobreza para el primer semestre del año, en la región del Gran Buenos Ayres alcanzó el 47,60% de las personas, contra el 46% del segundo semestre del año pasado, en cuanto a la indigencia es del 12,60%, antes era del 11,4%. El desempleo es el 7,8% y el trabajo informal 39,64% Además, la provincia tiene una alta concentración poblacional y productiva en la región metropolitana de Buenos Ayres, que abarca la Ciudad del Buen Ayre y 40 municipios de la provincia, donde viven el 67% de los bonaerenses y se genera el 80% del PBG provincial. Esto crea problemas de infraestructura, transporte, vivienda, salud, educación, seguridad y medio ambiente, que afectan la calidad de vida de los bonaerenses y la competitividad de las actividades económicas.
En este contexto, se necesita impulsar una serie de reformas que le permitan mejorar su gestión, fortalecer su economía, promover el desarrollo equilibrado y sostenible de su territorio para un mejor vivir de los bonaerenses. Estas reformas son:
1. Descentralización: la provincia tiene una estructura administrativa centralizada, que dificulta la coordinación y la eficiencia de las políticas públicas. Se requiere una reforma que simplifique y racionalice la organización provincial, que transfiera competencias y recursos a los municipios y que establezca mecanismos de cooperación y articulación entre los distintos niveles de gobierno.
2- Reforma constitucional: la misma data de 1934, y ha sido modificada parcialmente en 1994. Se necesita adecuarla a los cambios sociales, políticos y económicos que ha experimentado el país y la provincia en las últimas décadas. Entre los temas que se deberían abordar se encuentran: el sistema electoral, el régimen municipal y su autonomía, el medio ambiente, la participación comunal, el control de gestión y la reforma judicial.
3. Derogación del decreto militar sobre municipalismo: el régimen municipal se rige por el Decreto-ley 6769/58, impuesto por la dictadura militar de 1955. El mismo desconoce la autonomía de los municipios, se impone un régimen de intervención provincial, fija un número máximo de concejales, determina las competencias y sus recursos, etc. Se requiere su derogación y la sanción de una Ley Orgánica Municipal que reconozca la autonomía política, administrativa, financiera y normativa, que permita la creación de nuevas comunas, permita las Cartas Orgánicas, fomente la participación de los vecinos en la conducción de sus municipios.
4. Creación de las regiones productivas: la provincia tiene una diversidad geográfica, cultural y económica que se expresa en toda su geografía: RMBA, norte, centro, sur, costa atlántica y sierras. Se debe trabajar en la creación de regiones productivas, que tienen por objeto la planificación y el desarrollo de proyectos comunes en materia de infraestructura, servicios, producción, turismo, cultura, ambiente. Estas regiones estarían integradas por municipios que voluntariamente decidan asociarse, que contarían con personalidad jurídica, patrimonio y recursos propios y que estarían coordinadas por un consejo regional, integrado por los intendentes y representantes de los sectores sociales y económicos de la región.
5. Reforma tributaria: tenemos un sistema tributario que se caracteriza por su complejidad, su inequidad, su ineficiencia y su baja recaudación. Se necesita una reforma que simplifique y unifique los impuestos provinciales, que reduzca la presión fiscal sobre las actividades productivas y los sectores más vulnerables, que amplíe la base imponible y que mejore la administración y el control tributario. Asimismo, se debe revisar el régimen de coparticipación federal, que establece la distribución de los recursos entre la Nación y la provincia, para garantizar una mayor equidad y autonomía financiera entre las provincias federales.
6- Reforma de la Fiscalía de Estado y el Tribunal de Cuentas: nuestra provincia cuenta con dos organismos que tienen por función el control de la legalidad y la regularidad de la gestión pública: la Fiscalía de Estado y el Tribunal de Cuentas. Sin embargo, estos organismos presentan problemas de independencia, transparencia, eficacia y rendición de cuentas, que afectan su capacidad para prevenir y sancionar la corrupción y el mal uso de los recursos públicos. Se requiere una reforma que fortalezca la autonomía, la profesionalización, la participación comunal y la fiscalización de estos organismos, que los dote de mayores recursos y facultades y que los someta a un control parlamentario y judicial.
7. Presión al Congreso Nacional para que derogue el decreto militar sobre entidades financieras: la provincia tiene una limitación para el desarrollo de su sistema financiero que es el decreto-ley 18.061/69, dictado por la dictadura militar de Onganía en 1969 y reformado por otro Decreto, el del Gral. Videla junto a su Ministro Martínez de Hoz en 1977, sobre las Entidades Financieras. Este decreto prohíbe la creación de bancos provinciales y municipales, que son entidades financieras que tienen por objeto el fomento del crédito y el ahorro en las jurisdicciones locales. Se requiere que la provincia presione al Congreso Nacional para que derogue este decreto y que permita la creación de bancos regionales, que serían entidades que operarían en el ámbito de las regiones productivas, que tendrían capital mixto (público y privado) y que estarían orientadas al financiamiento de proyectos de desarrollo regional.
8. Repoblación de la región centro y sur de la provincia: tenemos una baja densidad poblacional en la región centro y sur de la provincia, que abarca 95 municipios y que tiene una superficie de 246.163 km² y una población de un poco más de 6 millones de habitantes. Esta región presenta un alto potencial productivo, turístico y ambiental, pero también problemas de infraestructura, servicios, empleo, educación y salud. Por lo tanto, se hace urgente poblarla, incentivando la radicación de población y actividades económicas mediante la mejora de la conectividad, la oferta de vivienda, la promoción de la inversión, etc. Por otro lado, la provincia tiene una economía basada principalmente en la agricultura, la ganadería, la industria y los servicios. Sin embargo, la región surera tiene un gran potencial para desarrollar otras actividades económicas, como la minería, la energía, la pesca, el turismo, la cultura y la innovación. Se propone un plan de diversificación de las actividades económicas, que consiste en impulsar el aprovechamiento sustentable de los recursos naturales, el fomento de las cadenas de valor, el apoyo a las pymes y los emprendedores, la generación de empleo de calidad y la integración regional y global.
9- Desconurbanización de la RMBA: la provincia de Buenos Ayres tiene un problema de sobrepoblación y saturación en la Región Metropolitana, situación que genera problemas de infraestructura, transporte, vivienda, salud, educación, seguridad y medio ambiente, afectando la calidad de vida de sus habitantes y la competitividad de las actividades económicas. En relación con el punto anterior, se debe desconurbanizar, es decir, desincentivar la concentración poblacional y productiva en esta región, mediante la redistribución de los recursos y servicios públicos, la regulación del uso del suelo, la promoción de la movilidad sustentable, la protección del patrimonio histórico y cultural y la recuperación de los espacios verdes y azules.
Estas son algunas de las propuestas que la Provincia de los Bonaerenses deben comenzar a trabajar.
La provincia necesita impulsar una serie de reformas que le permitan mejorar su gestión, fortalecer su situación, promover el desarrollo equilibrado y sostenible de su territorio y garantizar el bienestar de su pueblo. Estas reformas requieren de un amplio consenso político, social y económico, así como de una coordinación y articulación entre los distintos niveles de gobierno y los actores locales. Solo así, la provincia de los bonaerenses podrá superar sus problemas y aprovechar sus potencialidades, en beneficio de sus habitantes y del país. Para ellos se precisa de un gobernador bonaerenses y una nueva generación de intendentes que no estén atravesados por los ideologismos europeos, por la adicción al poder o egoísmos personales.
Luis Gotte
Co-autor de “Buenos Ayres Humana, la hora de tu comunidad” Ed Fabro, 2022. Y “Buenos Ayres Humana II, la hora de tus Intendentes” es preparación.
Mar del Plata.