Las privatizaciones en los años noventa contaron con un consenso legislativo y de gobiernos federales. Y sindical, en algunos casos, como los de extrema izquierda: teros, les decía Alfredo Bravo. Gritan por izquierda y ponen huevos por derecha. La ciudad de Buenos Aires, el Enacom, que es un cogobierno con la oposición como fue el Confer y el AFSCA, es anárquico y federal. No hay consenso de cerrarla. Los 42 municipios, desde Esquel de Ongarato hasta De Jesús de la Costa o Rosario con Javkin, no creo que acuerden con esto y esa radio depende de sus Municipios. Biss en Rawson. Montenegro en Mar Del Plata. Ninguno propuso que su repetidora autónoma de Nacional sea privada en la plataforma presentada en la justicia.

Sería triste que se cierre.
Realmente triste: ni Vox en España cuestionó la Radio Nacional de la Madre Patria. Los programas, hechos por profesionales de RNE, donde suena la zarzuela, la ópera nacional y el 70% de la música emitida es de producción hispano europea desde tiempos de Primo de Rivera. El 20% se ha destacado, en la Segunda Guerra Mundial, por su amplitud: sonaban músicos como el norteamericano Toscanini y el ruso Stravinsky. Nunca se modificó el esquema de una mayoría de producción local y un porcentaje de global. El 90% del contenido de RNE clásica es el mismo, con los mismos ejes programáticos, desde Rivera hasta Pedro Sánchez. El 10% es una innovación producida en el gobierno de José María Aznar cuando comenzaron programa de jazz y otro de tango que aún subsisten.

También Jesús Quinteros, conocido aquí por FM Milenium, El perro verde, tiene sus reflexiones religiosas. Se emite, allí, la misa tal como aquí hace Radio Nacional desde 1946 ininterrumpidamente.
Tal vez nuestra política de Estado más seria y única, que en dictadura “fusiladora” y democracias diversas se sostuvo: hasta el 10 de diciembre de este año se emitirá los domingos de 7 a 8 La Santa Misa. Pasó con Perón. Con Isaac Rojas. Con Illia. Con Frondizi. Con Isabel Martínez de Perón. Con Bignone. Con Alfonsín, Menem y Kirchner. Con Mauricio Macri. Con Alberto Fernández.
Era la única tradición argentina: que en las tres radios del grupo se emita la misa.

Las personas privadas de su libertad, en manicomios, “casas de medio camino” o penales ya no podrán oír la misa dado que no pueden usar celulares. Jesús es para los que no lo necesitan: los pecadores, si se da la utopía, no tienen derecho a oirlo.

Pero las utopías, dice Galeano, son para caminar. No para hacer. Haya paz.