Una propuesta que ignora y excluye a la región surera bonaerense, por Luis Gotte
Recientemente, el reelecto gobernador porteño de la Provincia de los bonaerenses, ha manifestado su interés por trabajar en un proyecto que viene elaborando la Unión Cívica Radical junto al PRO, en disolver una de las Cámaras del Congreso de la Provincia: la de Senadores.
A esta propuesta se le ha sumado la chaqueña Graciela Camaño, del partido Tercera Posición autopercibido federal, viviendo desde hace algunas décadas en el Municipio de San Martín, haciendo una referencia comparativa con Córdoba, que tiene un sistema unicameral, municipios autónomos con sus propias cartas orgánicas, pero, sin la problemática demográfica que sí tiene Buenos Ayres.
El federalismo está en peligro, por concepciones centralistas que están cobrando fuerza. La Cámara de Senadores, que no es un gasto, está en la mira de políticos que no conocen ni respetan la provincia de los bonaerenses.
Buenos Aires no es Córdoba, la Cámara de Senadores es indispensable para el equilibrio y la representación de nuestros 135 Municipios.
La provincia de los Bonaerenses, la más grande y poblada de Argentina, se enfrenta a una propuesta que podría transformar radicalmente su régimen político. En medio de la diversidad geográfica, cultural y económica que caracteriza a esta región, surge la pregunta: ¿Está la Cámara de Senadores de Buenos Ayres en peligro de supresión? Evidentemente, sectores políticos ajenos a la realidad bonaerense, principalmente a la región surera, proponen la eliminación de esta cámara para adoptar un sistema unicameral, alegando ahorro de costos y mayor eficiencia legislativa. Sin embargo, esta medida plantea serias preocupaciones sobre la representación de nuestros 95 municipios que no responden a la Región Metropolitana de Buenos Ayres.
Con más de 18 millones de habitantes y 135 municipios, la provincia de Buenos Ayres se destaca por su complejidad. Su diversidad no solo se refleja en su demografía, sino también en sus aspectos culturales, históricos y económicos. La propuesta de eliminar la Cámara de Senadores y adoptar un sistema unicameral parece ignorar esta riqueza y busca simplificar la provincia al conurbano bonaerense, marginando a la mayoría de los municipios.
Los defensores de la unicameralidad argumentan en favor del ahorro de costos y la agilización del trabajo legislativo. Sin embargo, lo que no reconocen es el riesgo de dejar a 95 municipios de la región surera sin representación efectiva. Esto crearía un desequilibrio significativo, donde las decisiones quedarían en manos de una pequeña región (el 4% de la geografía provincial), menoscabando la participación y la voz de la mayoría de nosotros.
La Cámara de Senadores desempeña un papel crucial como contrapeso en el régimen político bonaerense. Garantiza que cada municipio, independientemente de su tamaño o ubicación, tenga un representante dedicado a defender sus derechos e intereses. Además, sus atribuciones exclusivas, como la aprobación de pliegos judiciales o la intervención en conflictos entre poderes del Estado, demuestran la importancia de su existencia para mantener un sistema democrático robusto.
En lugar de optar por la unicameralidad, lo que se necesita es fortalecer el federalismo y fomentar la participación vecinal. Cada rincón de la provincia de Buenos Ayres merece ser escuchado y considerado en las decisiones que afectan su desarrollo y futuro. La diversidad de la provincia debe ser celebrada y reflejada en su estructura política, en lugar de ser ignorada en favor de un modelo simplista.
Direccionemos esta energía en la trazabilidad de regiones productivas. Donde la provincia pueda potenciar y desarrollar su matriz, no solo productiva, también energética. Que estas regiones también tengan representación en el Congreso, en defensa de sus proyectos de producción. A tales fines, debiéramos hablar de un Congreso Tricameral: Diputados, Senadores y Regionales. No es burocracia, mucho menos aumentar los costos políticos, es decidir por un modelo de provincia en que se tomen decisiones para su desarrollo y crecimiento logrando así, tener una provincia de los bonaerenses próspera y feliz.
En definitiva, la propuesta de eliminar la Cámara de Senadores de Buenos Ayres y adoptar un régimen unicameral no solo sería un retroceso para el federalismo, la democracia y la autonomía provincial, sino que también amenazaría la representación de la región centro y sur de la provincia que, no dudarán, en comenzar a trabajar por la DIVISIÓN DE LA PROVINCIA en dos nuevas entidades. En lugar de simplificar la complejidad de Buenos Ayres, deberían trabajar para fortalecer el federalismo y la participación comunal, asegurando que todos los bonaerenses tengan voz y voto en las decisiones que afectan su realidad. La provincia de Buenos Ayres, que aún se rige por numerosos decretos militares, merece ser respetada y valorada en toda su extensión, reconociendo y abrazando su diversidad…que solo los bonaerenses comprendemos, distinguimos y apreciamos.
Luis Gotte
Escritor y articulista, co-autor de “Buenos Ayres Humana, la hora de tu comunidad” Ed. Fabro, 2022; y de “Buenos Ayres Humana II, la hora de tu Intendente” en preparación.
La pequeña trinchera
Mar del Plata