Es difícil saber por dónde comenzar a escribir sobre un ser humano del que tanto hay para hablar y decir. Cada uno de los 365 días del año recordamos a este jugador maravilloso, pero hoy es un día más que especial. Hoy, como cada 30 de octubre, celebramos el cumpleaños de Diego Armando Maradona. 

Diego es una persona que se ha ganado el amor de propios y extraños, tanto por lo que hizo dentro de la cancha como fuera. Su talento y gambeta dentro de la cancha, pero sus anécdotas y frases fuera del verde césped son los motivos de que un día como hoy todos lo recordemos.

Maradona daría sus primeros pasos como futbolista en Argentinos Juniors. En aquella etapa de “Pelusa”, ese pibe humilde de Villa Fiorito deslumbraría a todo el fútbol argentino y le valdría para pasar a Boca. Allí sería campeón en el año 81’, donde sería figura junto a Miguel Ángel Brindisi.

Aquel recordado campeonato le valdría la convocatoria al mundial de España 1982. Aquel año comenzaría un amor eterno entre Maradona y la selección argentina. Si bien el Mundial resultó ser un fracaso para la Argentina, el año 1982 no estaría marcado por el fútbol sino por una guerra en las Islas Malvinas.

La guerra impactaría de fondo en la sociedad argentina de aquella época. Cuatro años más tarde México albergaba el segundo Mundial de su historia. Aquella sociedad argentina, derrotada por la guerra y que, recién regresada a la democracia, temía por la vuelta de la dictadura, encontraría en Diego una gran alegría.

En el año 1986 Argentina, con Maradona como figura, alzaba la segunda Copa del Mundo de su historia. Y como si fuera poco, se daría el lujo de ganar y eliminar a Inglaterra en cuartos de final, en el que posiblemente sea uno de los partidos más importantes de la historia por todo el trasfondo detrás.

La tarde del 22 de junio de 1986 en el Estadio Azteca Maradona le hacía los dos goles en el triunfo 2 a 1 que quedarían eternamente para la historia de todos los futboleros: la mano de Dios y el gol del siglo. Goles con nombre propio. Ese día, el 10, pasó a ser D10S. 

Maradona nunca olvidó de dónde había salido y nunca perdió su humildad, por lo que siempre llevó consigo el estar del lado del más humilde, del más sufrido. 

Lo propio haría en Nápoles cuando en su paso por el club de la ciudad podría ganar el Scudetto en dos ocasiones. El sufrido club del sur de Italia le podía ganar a los poderosos del norte del país europeo. Ni en 1987, ni en 1990, Juventus, Milan o Inter podrían imponerse al humilde club del pobre sur italiano. 

Las proezas de Maradona le valdrían el cariño y el reconocimiento de todo el mundo. Ese pibe, nacido en un barrio argentino como cualquiera de nosotros, que según sus propias palabras “gracias a la pelota llegué a tocar el cielo con las manos”. Un jugador que logró unir a un país totalmente dividido, y que lo pudimos ver en su paso como técnico en Gimnasia, donde fue ovacionado por todas y cada una de las canchas que le tocó visitar.

Este año nos toca pensar en Diego ya sin él. El 25 de noviembre de 2020, hace poco menos de 3 años, tuvimos que decirle AD10S al más grande de todos. Por eso hoy, en este día lo conmemoramos por lo que es: el más grande de todos. Y nuestro mayor orgullo es que con sus virtudes y sus falencias, era uno de nosotros.