Total papelón entre San Martín de Tucumán y Riestra por octavos de final del reducido por el ascenso a primera. En la ciudadela se vivió otro partido que quedará en el recuerdo por los tendenciosos y perjudiciales fallos del árbitro Diego Ceballos, más que por el trámite del partido en sí.
El local fue claramente perjudicado en el que no sólo se le inclinó la cancha al ciruja cobrando o no las faltas “chiquititas”, dependiendo de quien fuera, sino que también se modificó el rumbo del partido en muchas jugadas claras.
Riestra llegaba a Tucumán con la obligación de ganar para avanzar, ya que San Martín contaba con ventaja deportiva. La visita comenzaría a encaminar el objetivo promediando poco más de media hora del primer tiempo, cuando Lázaro Romero ponía en ventaja a los del Bajo Flores.
A partir del gol el partido se desfiguraría completamente. El partido se jugaba poco y nada. Trabadísimo y en cada corte, mucho tiempo para que se reanudase el juego, con una clara complicidad de Ceballos en favor del que estaba ganando.
A pesar de que esto ya se podía tratar de algo alevoso, el árbitro de la final entre Central y Boca se encargó de omitir faltas y tarjetas en favor del malevo, al mismo tiempo que cobraba faltas inexistentes de los tucumanos.
El partido se le iba de las manos. Las cámaras de TyC Sports se encargaron de notar en diversas ocasiones agarrones claros de Dematei a Bonacci, delantero del santo.
No obstante, todo ésto quedaría empañado tras una patada en la cabeza a un jugador del equipo de Pablo Frontini. Dematei le daría una durísima entrada a Bonacci que le valdría la amarilla, pero Ceballos omitiría una patada en la cabeza de Celiz a Bonacci cuando éste ya estaba en el piso.
En el segundo tiempo el equipo blanquirrojo entraría en el juego que proponía Riestra, de un partido cortado y de pierna fuerte. Ciccollini, uno de los ingresados en el segundo tiempo, se dejaría llevar por los nervios y le daría una durísima patada a un jugador de Riestra cuando el partido ya estaba en su ocaso. Esta vez, Ceballos sí vio la falta y le mostró la tarjeta roja.
Al mismo tiempo, el público de San Martín también entraría en el juego de los nervios y sobre el descuento, tras una falta en favor de Riestra contra la línea del lateral, comenzaría a arrojar cosas a los jugadores visitantes.
El árbitro se vio obligado a parar unos minutos el juego, amagando con la suspensión de éste. De ese descuento de 7’ minutos se jugaría poco y nada. Cuando Ceballos reinicia el juego, en ningún momento agregó más minutos, por lo que era una incertidumbre cuando finalizaría el encuentro. Asimismo, los pocos minutos que se jugaron al momento de la reanudación ya se lo veía a Ceballos con el silbato en la boca, dispuesto a terminar el partido en cualquier momento.
Cuando Riestra conseguía un córner, y se veía bajar montones de botellas y otras cosas de la popular, Ceballos no se inquietó y dio por finalizado el encuentro. Mal partido de San Martín de Tucumán, que no tuvo uno de sus mejores partidos, pero que sin lugar a dudas el partido fue totalmente tergiversado.
Otro escándalo en el ascenso para uno de los equipos que más ha estado en el ojo de la tormenta por las polémicas arbitrales, dirigidos por uno de los árbitros más controversiales del fútbol argentino. Otra noche marcada por la impunidad y la corrupción.