El debate sobre el rol de la mujer en la vida pública-política del Estado y de las Instituciones, aún sigue vigente. Es una lucha que hay que dar cada día, en cada espacio. Pero… ¿qué papel desempeñaron las mujeres radicales en la conquista de los derechos que ejercemos hoy?
Podemos hacer un breve racconto, por lo que sí se sabe.
Porque si la historia de algo se ha encargado, es de invisibilizar el recorrido, de callar las voces y disfrazar seudónimos para publicar las ideas, de borronear los espacios ocupados, de dejarnos detrás de bambalinas mientras en escena se lucían ellos, de reservarnos el espacio de permanente respaldo, porque claro, “detrás de todo gran hombre, hay una gran mujer…”, una frase que hasta hoy perpetúa la microviolencia simbólica.
Y porque si a la historia la escriben los que ganan, quiere decir que hay otra historia. Y es esta:
Tomasa Alem (1844-1927), hermana del fundador del partido; lo que más la destacaba era su personalidad, que la acercó a su hermano, desde muy temprana edad, el radical Leandro N. Alem. Tan unidos, que, al suicidarse, fue a ella a quien le dedicó sus últimas y dolorosas palabras. Ella resiliente, continuó con el partido.
Al igual que en otros espacios públicos, un puñado de mujeres convergieron en el radicalismo, aun a cuesta de las opiniones encontradas para su participación. Entre ellas, se destacan mujeres, en la “Revolución del Parque”, una como agitadora y la otra como oradora y enfermera. Era mujeres cívicas, que irrumpían en el espacio público. Se creo un Centro Feminista en 1905, en el seno del radicalismo. El Comité Feminista Radical, 1912, presidido por Dolores Ruiz de Romero, secundada por Ana M. de Munilla, Andrea S. de Ruiz Huidobro, María Burgos, Fortunata J. de Martínez y Juana D. de Garré, participó de la campaña presidencial de Hipólito Irigoyen con impronta en los derechos civiles, exigiendo la ley de divorcio.
Rosa F. Martínez de Vidal creó en 1916 el Comité Feminista Radical “Doctor Hipólito Yrigoyen” en Lanús y desde entonces llevó la influencia radical a otras zonas de la provincia de Buenos Aires, llegando a contar hasta con cien filiales, quienes participaban en las campañas electorales, manifestaciones y actos partidarios donde algunas de sus integrantes se destacaban como oradoras en las plazas públicas de la provincia.
Florentina Gómez Miranda (1912 – 2011): “Mujeres, no le tengamos miedo al poder”. Abogada y maestra que fue electa e representación de la Unión Cívica Radical como Diputada Nacional por la Capital Federal en dos oportunidades consecutivas (1983-1987 y 1987-1991). Desde 1945 fue defensora de los derechos de la mujer, para el tratamiento y la aprobación de las leyes de patria potestad compartida, de igualdad de los hijos extramatrimoniales y de divorcio vincular.
Clotilde Sabattini (1918-1978), intentó construir alternativas a la hegemonía masculina y liberal en el partido. Con tan solo 15 años de edad viajó becada por sus excelentes calificaciones a Europa en donde dos años más tarde y en contra de la voluntad de su padre se caso con Raúl Barón Biza, un escritor veinte años mayor que ella. Presidió el Primer Congreso Nacional de Mujeres Radicales, mostrando un claro desafío en contra la figura de Eva Duarte, por lo que es nuevamente perseguida, esta vez por un gobierno democrático.
María Teresa Merciadri de Morini (1913 – 2015), fue electa diputada por la UCR de la provincia de Córdoba (1963 – 1967) y fue destituida de su cargo por el Golpe de Estado de Onganía en 1966. Fue la primera mujer en ser presidenta del radicalismo Cordobés. Fue una feminista y luchadora por los derechos de las mujeres que se convierte en 1931 en la única mujer en cursar la carrera de abogacía en la Facultad de Derecho de Córdoba y en 1991 junto a las correligionarias Margarita Malharro de Torres y Florentina Gómez Miranda luchó incansablemente por la ley de Cupo Femenino.
Margarita Malharro de Torres (1921-1994) , profesora de letras, fue electa Senadora de la Nación por la Provincia de Mendoza y se convirtió en la primera mujer que llegó al Senado de la Nación. Durante su intensa labor parlamentaria elaboró innumerables proyectos de ley, caracterizándose los referidos a la defensa de los derechos de las mujeres como por ejemplo el sancionado en 1991 conocido como ley de cupo.
Nélida Baigorria (1921-2016) fue maestra Normal y Profesora en Letras que fue electa en representación de la Unión Cívica Radical Intransigente como Diputada de la Nación por la Capital Federal. También, desde Presidenta de la Comisión Nacional de Alfabetización llevando adelante el recordado Plan Nacional de Alfabetización (PNA) logrando conseguir en Argentina uno de los índices de analfabetismo más bajos, obteniendo el Premio de Asociación Internacional de Lectura en el concurso mundial de la UNESCO en París en 1988.
Elva Roulet Vicegobernadora de la provincia de Buenos Aires (1983-1987) acompañando al Gobernador Dr. Alejandro Armendáriz, ejerciendo durante ese periodo la presidencia de la Cámara de Senadores de la Provincia de Buenos Aires y Convencional Constituyente.
El retorno a la democracia se vivió con una gran expectativa, ya que el Partido Radical acogió e su plataforma la equiparación de la mujer en el ejercicio de la Patria Potestad y toda otra forma que implique cualquier tipo de discriminación o menoscabo de sus derechos.
Y para fortalecer la democracia, conviene desempolvar las memorias, para que las generaciones venideras no sufran los flagelos de vivir en la sombra, para que todas sepamos que nuestros derechos han sido soñados entre guisos y costuras; y han sido gestados por nuestras bisabuelas, para nuestras madres, para nosotras y para nuestras nietas, conquistados con el arrebato en la calle, despellejando la zona de confort, oponiéndose a los estándares estereotipados y los roles socioculturales impuestos.
Que no claudique esa lucha. No solo por quienes vendrán. Que no claudique la lucha para mantener viva con fuerza de memoria verdadera cada paso, cada llanto, cada esperanza y cada desesperanza que tejieron los albores de justicia de las cuasi-anónimas que nos precedieron. ¿Y cómo hacemos para revindicar la conquista? Pues, mujeres del mundo entero: ejerzamos nuestros derechos ¡Leamos! ¡Estudiemos! ¡Trabajemos! ¿Saben cuánta disputa pasó para que podamos hacerlo? Y allanemos el camino a los varones para que entre todos comprendamos que, de la misma manera en que las mujeres hemos conquistado el espacio público, hoy no se justifica tener una doble jornada laboral, y son ellos quienes deben ocupar su lugar en la familia; ya no como un simple proveedor. Las mujeres hemos logrado la conquista del espacio público. El próximo paso es lograr que los hombres conquisten el espacio privado, para que realmente la equidad se vea reflejada desde el trabajo doméstico-familiar, cuya inequidad continúa siendo un obstáculo para la igualdad real de oportunidades. Que los sueños de estas mujeres radicales que dejaron huella, que los hechos de estas mujeres radicales que marcaron su impronta, nos permitan ajusticiarlas hoy con este relato, pues si de intemperancias se trata, es hora de la reivindicación de la lucha de las mujeres radicales por los derechos humanos de las humanas, cuyo desandar nos permite contar la verdadera historia. Quien quiera oír que oiga. En conmemoración de nuestras antecesoras, es que propongo que desde los Comités de todo el país mujeres radicales nos unamos en la lucha por dar cumplimiento efectivo a los derechos ganados a través del arduo trabajo que tuvieron que enfrentar Elvira, Elva, Nélida, Clotilde, Eufrasia y muchas más: Desterrar las lógicas patriarcales que aún hoy persisten en la Unión Cívica Radical. Que mujeres levantemos nuestras valiosas voces, que nos adueñemos de nuestras ideas y dejemos de entregarlas a correligionarios para que ellos las promuevan. Que sumemos más mujeres a las juventudes radicales del país, para que éstas enarbolen la lucha feminista tan invisibilizada del radicalismo. Que trabajemos para tener real y efectiva representatividad en asambleas partidarias de tomas de decisiones. Para eso será necesario que la sororidad se haga carne de nuestra lógica política. Trabajemos juntas. Federalicemos el feminismo de la UCR. Promovamos reuniones mensuales de mujeres radicales de todas las provincias. Conozcámonos, hablemos de nuestras falencias y fortalezas. Aprendamos las unas de las otras. Elaboremos estrategias de trabajo común. Pongamos toda nuestra energía en la reivindicación de los derechos conquistados: trabajar, estudiar, a tener una vida libre de violencias. Desde los lugares que nos toque ocupar: Siendo funcionarias, estudiantes, trabajadoras, profesionales. Los derechos consagrados deben volverse tangibles. Debemos ocupar espacios de poder. Llevemos la discusión de las nuevas masculinidades al núcleo de la UCR. Para conseguir la igualdad real, será necesario allanar el camino para que los varones se hagan cargo del espacio que les fue negado: el doméstico. Solo cuando la división de las tareas de cuidado y domésticas sean equitativamente distribuidas, nosotras podremos liberarnos de la carga mental que muchas veces hace que no podamos avanzar -en la misma medida que los varones- en nuestros proyectos políticos y profesionales. Fortalecimiento de los espacios de gestión pública de Derechos de las Mujeres. La inequidad de género es un fenómeno de dimensiones múltiples, que se traduce en la reducida participación de las mujeres en la toma de decisiones públicas y en pautas culturales que dificultan el ejercicio de sus derechos de ciudadanía en igualdad de condiciones con respecto a los hombres. Por ello, las políticas públicas de promoción de la equidad son planteadas como medidas integrales. Así, consideramos que deben mantenerse dos grandes lineamientos estratégicos: las medidas de acción positiva que favorecen el acceso de mujeres a cargos electivos, y la transversalización de género en el Estado, que apunta a la promoción de la equidad a través de la integración sistemática de un enfoque de género “en todos los sistemas y estructuras, las políticas, procesos y procedimientos. Debemos bregar por fortalecer las políticas públicas vigentes que propenden a garantizar la participación de mujeres y el tratamiento de las problemáticas relacionadas con la discriminación transversal contra las mujeres y violencia de género. La reivindicación de nuestros derechos, debe ser agenda transversal política y de todos los géneros. Debemos conseguir que dejemos de ser mujeres las únicas que breguemos por erradicar las injusticias que nos toca vivir por el solo hecho de ser mujeres. El machismo afecta a la sociedad en su conjunto, por lo que, debemos instalar esta discusión: Varones deben identificar y renunciar a sus privilegios de género. La lógica es simple: La existencia de un sector privilegiado, inexorablemente significa, la opresión de otro. En este caso, nosotras. Las mujeres. Levantemos la voz y compartamos la bandera: la equidad, el respeto, una sociedad más justa, solo será posible en la medida que la lucha sea transversal.

Elvira Rawson 3RA POSICIÓN