Reproducimos la carta de un lector.
“Yo, que no importa como me llamo porque no quiero subirme a nada, nadie tiene nada en contra mío, pero no quiero decir al mundo si tengo o no TDAH, no lo digo de hecho, yo en lo personal estoy de acuerdo con la ciencia. Mi cerebro no es normal. Estadísticamente normal. Tiene menos dopamina que el 95% de la gente. El lóbulo frontal es más chico. La amígdala es más chica. Puedo ser funcional más o menos bien. Tengo una vida normal. Bastante normal para convivir con un cerebro y lamentablemente tengo que decirlo así que para mi yo percibo que es como dice la ciencia: anormal. Ahora bien, mi deficiencia es asunto mío. No lo elegí. Con esto se nace. Se hereda genéticamente. Pero basta de biri biri: soy un enfermo que toma pastillas. Cuando me acuerdo. Cuando no pierdo las recetas. Cuando no me las rebotan. Cuando veo la alarma del teléfono. Como otro toma para la presión. O para el corazón. Nada más. No hay nada más. No pido que haya ningún cambio social. Solo decir lo que yo creo que es la verdad. Algunos prefieren decir que son no videntes. Como decía Borges, prefiero decir que soy ciego. En mi caso es un problema del carajo a veces: en otro caso es motivo de orgullo. Nada más. No me meto si otro lo siente así. Lejos de hacerme más creativo, me trajo mil quilombos ser frontalizado, no saber códigos sociales implícitos ni aún hoy. No se ni chatear por whatsapp. Te mando 82 mensajes explicandote todo. No entiendo la síntesis. Aprendo de a poco. Otro problema no tengo. Ni de guita ni de nada. Tengo dos o tres amigos. Vivo de mis vínculos. Conozco gente que me ayuda a laburar. Vivo de lo que me gusta. Podría no laburar y vivir justo con unos alquileres de algo mío. Si laburo es para ir a morfar afuera con mi mujer y pagar yo. No lo necesito. Me queda grande el 3 ambientes mío. Pero me tocó de orto eso. No lo pedí. No lo elegí. No pago alquiler, cosa que nunca pagué. Amo a mi pareja. Mi familia bien. Nada. Eso. Como todo el mundo tengo una vida aburrida. El tiempo pasa lento. Y todos los días no pasa nada extraordinario. Hago lo que puedo con el TDAH y no es un tema en el que piense demasiado. Hago lo que puedo. Me va bien. Tengo una vida aburrida como todo el mundo. Pero hasta no estar protegido por neurotróficos hay cosas que ni pensé que hacía y las hice sin pensar. Muchas decisiones las hice sin poder pensar. Cagadas. Por impulso. Pero que no me jode que haya sido así. Como los budistas creo que lo que me pasó estuvo bien. Nada debió ser de otra manera. Todo fue justo y perfecto. Todo. Gratuito. Hasta las injusticias que pude o no haber atravesado. Es mi visión. Tengo la ortopedia médica y la terapia para vivir bien. Pero aunque sea anónimamente necesito decir esto: para mi el TDAH es como dice la ciencia. Un trastorno. No es autoperceptivo: tenés que tener exámenes científicos. No se me ocurrió a mi esto. No fue un deseo mío. Ni siento orgullo de eso ni de ser hombre de familia, de relación tradicional y no polígamo, de ser heterosexual y haberlo sido toda la vida, es cosa mía. No creo en el orgullo para temas que yo no elegí ni para los que elegí: asunto mío. Creo en otras cosas. En la comunidad a la que pertenezco a la que debo responder por los roles que ocupo en donde los ocupo. Y en ser un boludo más que al que no conoce nadie. Que es uno más. Mi vida es como la de El gran pez. Pero prefiero ni contar cosas fuera de lo común que me pasaron. Que la gente ni te cree o se fascina. Es un esfuerzo recordar historias o cosas del pasado, muchas ni me acuerdo porque tengo problemas de memoria a mediano plazo, corto y largo plazo. Aparte no quiero divertir a nadie. Un evento con más de 3 personas me requiere más esfuerzo que escribir sobre astrofísica. Deseo lo que me quede de vida pasar ante los demás como un pelotudo más. La sociedad no tiene que cambiar en nada por mi. Si, las obras sociales, que se hacen los boludos pero es un tema de plata. Que va a ser. Igual en el título poné usuario de salud mental porque bueno la ley dice eso. Para mi yo soy enfermo mental pero queda mal. Me van a repudiar por discriminarme. Hablo de mi. Del otro ni. Ni yo le digo a nadie como tiene que pensarse. Lo que digo es que este biri biri está haciendo un desastre: ser TDAH y no estar preso o muerto o durmiendo en la calle, es un laburo de la puta madre hasta que tomás y te dan las pastillas que perrmite esas tres cosas. No ir en cana. Que no te boleteen por bondis o un accidente porque manejas como el culo con hiperactividad. No hablo de otros. En mi caso manejando un vehículo no se como soy. No quiero quilombos. No quiero morirme. No quiero ser de riesgo para mi ni para terceros. Si logro eso, está todo bien. Lo normal es que lo médico funcione. Y hoy no estoy sopre ni durmiendo la yeca, la ciencia funcionó como es normal que pasa. Si de yapa soy felíz, es de yapa. No es lo normal ni en un TDAH ni en nadie en esta época. Tuve mucha suerte. En la vida. Mucha. Por eso ser feliz no es meritocracia, ni es normal. De a ratos. La vida es aburrida para todos. Poneme NN de firma”.
“Gracias”.